Te has preguntado: .¿Para qué estoy en este mundo? ¿Qué quiere Dios de mí?., Es muy probable que Dios esté tocando tu corazón. Quizás es hora de prestar atención a ese llamado.
¿Qué es realmente la vocación?
La vocación es ese llamado único que Dios hace a cada uno de nosotros. Es su invitación cariñosa a vivir plenamente, siguiendo el camino que Él ya soñó para ti antes de que vinieras al mundo.
La palabra vocación. viene del latín vocare, que significa llamar. ¿Qué significa esto? Que la vocación surge de una relación: el que llama (Dios, que te ha soñado y tiene un proyecto para ti) y el que responde (tú, que descubres lo que Dios quiere y decides qué hacer al respecto).
Como dijo el papa Francisco: La vocacíón es el llamado que Dios nos hace a todos: ¡Ven, sígueme!
No es algo exclusivo de sacerdotes o religiosas. Cada persona bautizada tiene una vocación particular: algunos al matrimonio, otros a la vida consagrada, al sacerdocio, o a vivir su fe de manera comprometida como laicos en el mundo.
¡Dios te llama a ser feliz amando y entregando tu vida!
La importancia del acompañamiento
Aquí viene lo más importante: ¡no hagas este camino solo! Como decía Don Bosco: Basta que un joven entre en una casa salesiana para que la Santísima Virgen lo tome bajo su protección. Y en este camino, además de María Auxiliadora, necesitas un guía. Un acompañante te ayuda a ordenar tus pensamientos y a reconocer la voz de Dios en medio del ruido, te escucha sin juzgar, te ayuda a distinguir la voz de Dios, te conoce y desafía a crecer, respeta tu libertad y tiene experiencia espiritual.
En ambientes salesianos encontrarás personas dispuestas a acompañarte. No temas acercarte y decir: Creo que Dios me está llamando a algo.
Cómo descubrir lo que Dios quiere de mí
Si sientes que Dios puede estar llamándote a algo más grande, aquí tienes algunos pasos para discernir:
- Reza y escucha lo que Dios tiene para ti.
- Conócete mejor.
- Examina tus motivaciones.
- Vive tu fe en comunidad.
- Anímate a participar en misiones, voluntariados, retiros.
- Infórmate sobre las distintas vocaciones.
- Date tu tiempo para discernir
El acompañante espiritual:
- Te escucha sin juzgarte.
- Te ayuda a distinguir la voz de
- Dios entre muchas otras voces.
- Te conoce y te desafía a crecer.
- Respeta tu libertad y tus tiempos.
- Tiene experiencia en los caminos del Espíritu.
Entrevista a Eduardo Cárdenas, prenovicio salesiano
¡Ahí descubrí a Dios!
¿Cómo nació tu vocación?
Fue un proceso gradual, empezó a surgir con la devoción a María Auxiliadora y se hizo más presente al hacerme catequista de oratorios periféricos, cuando tenía alrededor de 15 años.
¿Qué es lo que consideras más importante en tu camino vocacional?
Lo primero y lo que considero más importante es la oración. Cuando hablo de orar, me refiero más a una conversación, un espacio para estar a solas con Dios. En mi caso era usualmente durante las noches: Cuando todos dormían, me sentaba frente al escritorio, luz tenue, una vela, la biblia y un cuaderno. Cuando todo estaba listo, la comunicación fluía. Ahí descubría un Dios muy comunicativo.

¿Qué preguntas te has planteado en tu interior?Me he preguntado muchas veces: ¿Soy lo que realmente nací para ser? Y también, ¿lo que hago ahora me da plenitud? Cuando estas preguntas surgen y les damos cabida, pueden llevarnos a profundidades que desconocíamos. Por eso, este camino es importante hacerlo con alguien que tenga experiencia en esta especie de viaje hacia el interior. Aquí es donde aparece la imagen del acompañante espiritual, alguien con quien desarrollaremos un vínculo de amigo y a la vez de guía.
¿Qué recomendarías a los jóvenes que sienten el llamado de Dios?
Una vez que la relación con Dios está establecida y que el acompañante espiritual es encontrado, sería descubrir el espacio de tu crecimiento: el lugar donde lo que Dios te ha otorgado pueda darse hacia los demás, de la forma en la que cada uno se siente llamado. En este momento, la tercera recomendación sería la apertura y la disponibilidad.



