Con profundo agradecimiento a Dios y rodeado del cariño del pueblo piurano, el P. Wenceslao Echevarría celebró sus 50 años de ordenación sacerdotal en un ambiente de fe, alegría y memoria salesiana.
Las celebraciones se realizaron en tres espacios significativos: el Oratorio Don Bosco de Tacalá, el Santuario de María Auxiliadora y el Colegio Salesiano Don Bosco de Piura.
“Me siento tacaleño”: Celebración en el Oratorio Don Bosco de Tacalá
La primera celebración se vivió en el Oratorio de Tacalá, comunidad a la que el P. Wenceslao sirvió durante años con entrega y cariño. En este encuentro lleno de nostalgia y afecto, recordó con emoción a los grupos que formó, como ADMA de Tacalá, el comité parroquial y los niños que se preparan para la Primera Comunión, a quienes llama con ternura “los angelitos” y que, como es costumbre, se colocaron cerca del altar durante la misa.




En el Santuario junto a la Madre Auxiliadora
La segunda Eucaristía tuvo lugar en el Santuario de María Auxiliadora, donde la Familia Salesiana se congregó para acompañar al P. Wenceslao en este momento especial. Tras la misa, se realizó un compartir fraterno en el Salón de la Santidad Salesiana, donde no faltaron las palabras de gratitud, los recuerdos fotográficos y los abrazos de quienes lo han acompañado a lo largo de su camino sacerdotal.
Feliz entre los jóvenes: Celebración en el Colegio Salesiano
La tercera y última celebración se desarrolló en el Patio Techado del Colegio Salesiano Don Bosco, con la presencia de toda la Comunidad Educativa Pastoral: estudiantes, docentes, personal administrativo y pastoral.
En esta misa, el P. Wenceslao renovó su llamado a los adolescentes y jóvenes presentes, invitándolos a escuchar la voz de Dios y abrirse a las vocaciones sacerdotales y religiosas.





A lo largo de todas las celebraciones, se hizo evidente su carisma cercano, su espíritu alegre y su incansable entrega al estilo de Don Bosco. Con entusiasmo, el P. Wenceslao expresó su gratitud a Piura, lugar al que considera su casa.
Gracias, P. Wenceslao, por su testimonio de fidelidad, alegría y entrega. ¡Felicidades por estas Bodas de Oro sacerdotales!
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Tuve la dicha de conocer personalmente al Padre Wenceslao Echevarría, y puedo decir que su presencia siempre dejaba huella. Es un hombre sencillo, alegre y muy cercano. No importa si eres alumno, exalumno o parte del Oratorio, él siempre tiene una palabra amable, una sonrisa o una bendición para ti. Celebrar con él sus 50 años de vida sacerdotal es algo muy especial. No solo homenajeamos su vocación, sino que agradecemos todo lo que nos enseña con su ejemplo. Cuando habla, lo hace desde la humildad y la gratitud, recordándonos que servir a Dios es una alegría y que vivir como salesianos significa vivir con amor y entrega.
Muy buen articulo; En mi caso yo tuve la oportunidad de participar en aquella celebración y definitivamente el Padre Echevarria es una persona muy buena y en cada lugar donde va o donde a pertenecido, se hace notar con su gran impetu, su caridad, su amor y comprension para con las personas. En esta celebracion, no solo se conmemora los 50 años de servicio, si no que se celebra 50 años desde que el Padre dijo si al llamado de Dios. Que Dios y la virgen Maria Auxiliadora lo acompañen siempre en cada paso que dé.
Sin duda alguna el Padre Wenceslao Echevarría es un claro ejemplo de que la santidad se puede vivir aún en la tierra. Un hombre con una energía inigualable, una alegría que contagia a cualquiera, y unas ganas de salvar almas y sacar a la luz vocaciones que lo han mantenido siempre activo, siendo una de las mejores herramientas de Dios.
La celebración de las Bodas de Oro del Padre Wenceslao Echevarría ha sido un momento muy especial para toda nuestra comunidad salesiana. Como alumno del Colegio Don Bosco, me siento muy agradecido de haber sido parte de esta fiesta que nos recuerda el valor de la vocación y del servicio a Dios y a los demás. El P. Wenceslao no solo ha sido un sacerdote, sino también un verdadero ejemplo de alegría, entrega y cercanía, tal como nos enseñó Don Bosco.
El padre Wenceslao, claro ejemplo de que con el pasar del tiempo, la fe y la entrega a Dios va aumentando sin límites, esta celebración no es solo para celebrar y conmemorar los 50 años de servicio del padre, sino también los 50 años del llamado de Dios que recibió y que decidió decirle que si a la vida de santidad.
Me pareció muy especial la visita del P. Wenceslao, ya que ha dejado huella en tantos lugares y en tantas personas con su alegría y cercanía, celebrarlo por sus 50 años como sacerdote fue como recordar todo lo que significa ser parte de la familia salesiana, se nota que su entrega ha sido sincera y que siempre ha estado al servicio de los demás con mucho cariño, especialmente de los jóvenes, ver cómo toda la comunidad se unió para acompañarlo me hizo pensar que cuando uno vive con fe y al estilo de Don Bosco, deja un legado que se queda en el corazón de todos.
Excelente descripción celebrando medio siglo de entrega sacerdotal del P. Wenceslao. En su rostro y en el calor de Piura se reflejan cincuenta años de fidelidad, servicio y proximidad a los jóvenes. Ese cariño del pueblo, esa presencia constante en Tacalá, el Santuario y el Colegio Salesiano, no son simple rutina: son el testimonio vivo de una vocación que se renueva en cada abrazo, en cada mirada compartida. Celebrar estas Bodas de Oro es celebrar la persistencia de lo sagrado en nuestras vidas.
Celebrar 50 años de vida sacerdotal es celebrar una historia tejida con fe, entrega y amor por los jóvenes. El P. Wenceslao Echevarría ha dejado huella en cada comunidad donde ha servido, especialmente en Tacalá, el Santuario y el Colegio Salesiano Don Bosco de Piura. Su cercanía, su palabra sencilla y su corazón misionero siguen inspirando nuevas vocaciones. Gracias, padre Wenceslao, por ser testimonio vivo del carisma salesiano. ¡Dios lo siga bendiciendo!
Celebrar 50 años de vida sacerdotal es celebrar una historia tejida con fe, entrega y amor por los jóvenes. El P. Wenceslao Echevarría ha dejado huella en cada comunidad donde ha servido, especialmente en Tacalá, el Santuario y el Colegio Salesiano Don Bosco de Piura. Su cercanía, su palabra sencilla y su corazón misionero siguen inspirando nuevas vocaciones. Gracias, padre Wenceslao, por ser testimonio vivo del carisma salesiano.
La celebración de las Bodas de Oro sacerdotales del Padre Wenceslao Echevarría fue un momento realmente especial para toda nuestra comunidad salesiana. Tuve la dicha de estar presente y vivir de cerca esta fiesta tan significativa, que nos recordó el inmenso valor de la vocación y del servicio fiel a Dios. El P. Wenceslao no solo ha sido un sacerdote ejemplar, sino también un verdadero testimonio de alegría, cercanía y entrega, como lo soñó Don Bosco. Su vida inspira a seguir sirviendo con amor y esperanza.
¡Qué celebración tan merecida y significativa para el querido P. Wenceslao Echevarría! 50 años de sacerdocio no son solo un número, son una vida entera dedicada a Dios, a la educación y al acompañamiento de generaciones de jóvenes. Verlo rodeado de jóvenes, oratorianos y exalumnos en esta celebración tan emotiva, es prueba del impacto positivo que ha dejado en tantos corazones. Me alegra mucho que se haya reconocido su labor en espacios tan simbólicos como el Oratorio Don Bosco, el Santuario de María Auxiliadora y el colegio salesiano. ¡Gracias, Padre Wenceslao, por su fidelidad y alegría salesiana, que son luz para todos nosotros!
Piura celebro con emotividad las bodas de oro sacerdotales del P. Wenceslao Echevarría, un legado de 50 años de servicio marcado por la fe, la familia y el estilo salesiano. Celebro sus bodas de oro en diferentes lugares como en el Oratorio Don Bosco de Tacalá, el Santuario de María Auxiliadora y el Colegio Salesiano Don Bosco de Piura donde se destacó su cercanía con la comunidad, su energía contagiante y su compromiso con los jóvenes piurano. Me alegra mucho que en Tacalá fue recordado por su ternura al acompañar a los “angelitos” de Primera Comunión, mientras que en el Santuario la Familia Salesiana mostró gratitud por su fidelidad y entrega.