En el marco de los 134 años de la llegada de los Salesianos en el Perú, conversamos con un exalumno del Colegio Salesiano del Cusco, que hoy sirve a la patria con orgullo: el General de Ejército David Ojeda Parra, Jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas.

En esta entrevista nos comparte su vocación militar, las enseñanzas de sus padres, su experiencia como padre de familia y hasta algunos gustos y hobbies que lo acercan más a nosotros.
Un verdadero testimonio de que ser salesiano es ser buen cristiano y honrado ciudadano.
- General, ¿cómo nació en usted la vocación militar y qué papel jugaron los valores salesianos recibidos en el colegio en esa decisión?
Gracias por la pregunta, Ángela. Fíjate, allá por el año 1970, recuerdo que, en las aulas, particularmente en la mía, podía observar que en lo alto del salón existían las láminas con los precursores, los próceres y los héroes nacionales. Estaba Túpac Amaru, Micaela Bastidas, María Parado de Bellido, Hipólito Unanue, San Martín, Bolívar, Bolognesi, Grau, Leoncio Prado, Alfonso Ugarte, Cáceres y algunos más. Ellos eran referentes para mí.
Eso motivó que en mi interior también creciera ese anhelo de defender a nuestra patria, a nuestro país, a nuestro amado Perú, sus tradiciones, sus costumbres, su tierra, nuestra herencia cultural había la efervescencia por el amor a nuestro país.
Estaba próximo también a cumplirse el centenario de la guerra con Chile, la guerra por el guano y el salitre.
Esa fue la época que yo viví al entrar al Colegio Salesiano. Los valores cristianos y los valores patrióticos se amalgamaron en uno solo y esa fue la formación que recibí en el Colegio Salesiano durante siete años consecutivos, los seis años de la primaria transición los cinco de primaria y los dos primeros años de secundaria.

- ¿Recuerda algún momento o experiencia significativa en su etapa escolar con los Salesianos que lo marcó en su vida personal y profesional?
Sí. Recuerdo muy vívido ese momento en el auditorio del colegio salesiano estaba enmarcado un escenario pintado que decía “Ensalzo la virtud, abato el vicio” y eso me quedó muy marcado quedaba en los altos de la capilla del colegio. Se daba la celebración del 7 de junio. Era mi primer año en el colegio. Escenificábamos un sketch cómico vestido de soldados. Teníamos un compañero de promoción que era el hijo de un oficial del ejército y nos proporcionaron los cascos de fibra que utilizaban los soldados del batallón de infantería motorizado Caquetá N° 9, muy tradicional asentado en el Cusco.
Es importante para mí porque fue la primera vez que vestí de soldado, que me puse un casco militar y orgulloso de vestir de soldado. Un 7 de junio, o vísperas del 7 de junio, día de la bandera, en un sketch, amando a mi patria.



- ¿Recuerda ud. algún docente que haya marcado su vida?
Bueno, es una pregunta muy difícil porque los docentes que tuve en el Colegio Salesianos han sido muy buenos todos. Cada uno en su campo han sido docentes especialistas en primaria, en secundaria.

Todos los profesores que he visto y he conocido han sido unos excelentes profesores y unos maestros. Creo que sería injusto nombrar a uno solo que haya marcado mi vida, porque todos forman parte, parte de mi existencia, de todos he aprendido un poco. Quiero agregar también con mucho respeto y agradecimiento a los sacerdotes salesianos, a los directores, a mi primer director, al padre Colombi, al padre Pablo Corante, al padre de Dal Pos, padre Pum, al padre Chueca, al padre Pedro, al padre Posada, al padre Valentín Echea, mi director de primaria, al padre Olivera, al padre Pigui, al padre Oshiro, al hermano Cavero y a todos aquellos que han colaborado de una manera u otra en la formación de nuestra fe.
Junto a los profesores, todos ellos han forjado en la mente y el espíritu de todos los salesianos esa conciencia ciudadana, esa conciencia que hoy gobierna nuestra mente, nuestra alma y nuestro espíritu de colaboración con la sociedad, con el país, con la humanidad.
La congregación salesiana que San Juan Bosco ha formado ha dado hombres y mujeres que colaboran con la humanidad.
- Sus padres, ¿qué virtudes o enseñanzas le transmitieron que todavía hoy guían sus decisiones como persona y como militar?

La honestidad, la verdad, el respeto y la justicia. Creo que las enseñanzas que mi papá y mi mamá nos dieron en el hogar corresponden en gran medida a lo que hemos recibido como complemento en el colegio. En el colegio nos enseñan las formas, pero la esencia la recibimos en casa. Es un complemento a lo recibido en casa. Creo que mis padres se hicieron bien en colocarnos en los colegios salesianos. Mis hermanas estudiaron en María Auxiliadora.
- Como hijo, ¿qué valoraba más de su familia y cómo eso se refleja hoy en su manera de liderar?
El actuar con el ejemplo, la sinceridad ante todo y la lealtad en 360 grados y en cuatro dimensiones en todos los planos que gobiernan al ser humano. El plano horizontal, vertical, mental y espiritual.

- Como padre de familia, ¿qué mensaje busca transmitir a sus hijos, especialmente en un mundo con tantos desafíos para los jóvenes?
Que ellos no están solos. Ellos tienen responsabilidades para consigo mismos. Tienen responsabilidades para con su familia, para con la sociedad y para con la humanidad. Que cada acto que ellos hagan en la vida tiene una repercusión mundial, una repercusión en el universo, lo que ellos hagan o digan tiene un efecto en otras personas y todo lo que hagan también va a retornar a ellos
Ping pong con:
General de ejército David Guillermo Ojeda Parra

¿Un libro que lo haya inspirado?
Juan Salvador Gaviota
¿Una canción o música que le guste escuchar para relajarse?
Las cuatro estaciones de Vivaldi
¿Una afición o pasatiempo que cultive fuera de su servicio militar?
Ciclismo
Un lugar del Perú que siempre lo emociona visitar.
Machu Picchu.
Una frase o valor salesiano que siempre lo lleva presente.
Ensalzo la virtud, abato el vicio.
Queremos expresar nuestro sincero agradecimiento al General de ejército David Guillermo Ojeda Parra, Jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas del Perú y orgulloso exalumno salesiano, por abrirnos las puertas de su corazón y compartir con nosotros su historia, sus valores y el profundo sentido de servicio que lo anima.

Su testimonio nos recuerda que la huella de Don Bosco permanece viva en quienes, desde distintas misiones, trabajan con alegría y entrega por el bien de los demás.
Muy pronto podrán disfrutar de la entrevista completa en video, acompañada de fotografías y recuerdos entrañables de su paso por la casa salesiana.
¡Gracias, General, por mantener encendida la llama del carisma salesiano en el servicio a nuestra Patria!
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