“Alto, elocuente, simpático, fornido y ágil, posee una energía contagiosa y una voluntad capaz de mover montañas”. Así definió el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa al padre Ugo de Censi, uno de los grandes misioneros salesianos que han laborado en el Perú, quien nació un día como hoy hace exactamente 100 años.
Nacido en Polaggia (Sondrio, Italia) el 26 de enero de 1924, fueron sus padres Vincenzo de Censi y Úrsula Scarafoni. Tras perder a su madre por tuberculosis y él mismo padecer internado en un hospital por dicha enfermedad, abrazó la vida religiosa. Fue ordenado sacerdote salesiano el 8 de marzo de 1951 en Milán.
Tras el Concilio Vaticano II (1962-1965), el padre Ugo fundó la Operación Mato Grosso, como consecuencia de su encuentro en 1965 con el salesiano Pietro Melesi, misionero en el Mato Grosso (Brasil), a quien envió voluntarios en 1967. A partir de allí, el padre Ugo extendió la labor de la Operación Mato Grosso a Ecuador, Bolivia y el Perú.
En 1976 partió como misionero hacia el Perú. Fue nombrado Párroco de Chacas (Ancash, Perú) haciendo desde entonces a esta localidad andina su centro de operaciones. Desde allí, dirigió la creación de los talleres de los Artesanos de Don Bosco, centros de formación laboral, centros de salud (como el Hospital Mama Ashu en Chacas), casas de acogida, refugios de alta montaña, actividades de siembra y forestación, entre otros. Su trabajo ha permitido mejoras en la calidad de vida de miles de compatriotas, beneficiados directamente de alguno de los proyectos emprendidos por él.
Su trabajo le ameritó ser reconocido las Palmas Magisteriales en el grado de Amauta por el Ministerio de Educación del Perú (2003), la Orden El Sol del Perú en el grado de Caballero (2007), la Orden al Mérito de la República Italiana, en los grados de Caballero (2007) y Gran Oficial (2019), entre muchos otros.
El padre Ugo de Censi falleció en Lima el 2 de diciembre de 2018 a los 93 años de edad. Su velatorio se realizó en la Basílica de María Auxiliadora de Lima, recinto restaurado por los Artesanos de Don Bosco entre 2011 y 2016. Posteriormente sus restos fueron llevados a Chacas, donde fue recibido de forma apoteósica por la población. Fueron depositados junto al altar mayor del santuario de Mama Ashu de Chacas, lugar en que se encuentran hasta hoy.
Su obra trascendió su existencia física, manteniendo vivo su legado en distintas localidades del Perú profundo, así como su memoria en todo el mundo salesiano.
Escribe: David Franco Córdova, Historiador de la Congregación Salesiana del Perú