El Coliseo Salesiano Don Bosco de Ayacucho abrió sus puertas para vivir una velada inolvidable en honor al onomástico de nuestro querido Padre, Maestro y Amigo, San Juan Bosco. Fue una noche en la que la música, el canto y el baile se convirtieron en lenguajes de gratitud y cariño hacia quien dedicó su vida a los jóvenes y cuya herencia espiritual sigue iluminando nuestros días.
Las familias salesianas se reunieron con entusiasmo y alegría, compartiendo un ambiente de fe y fraternidad.



La presencia de Monseñor Salvador Piñeiro García-Calderón, Arzobispo de Ayacucho, dio un realce especial a la celebración, animando a la comunidad a mantener vivo el carisma salesiano y a seguir el ejemplo de Don Bosco en el servicio a los demás.
Cada número artístico presentado por nuestros estudiantes fue preparado con dedicación y entrega, transformándose en un regalo de amor y devoción al Santo de la Alegría. Los cantos, danzas y representaciones llenaron de emoción el coliseo, reflejando el espíritu salesiano que anima a nuestra casa educativa.
La celebración culminó en un ambiente festivo y familiar, con el tradicional “Happy Birthday” entonado por todos los presentes y dedicado con cariño a Don Bosco.
Este gesto sencillo, pero lleno de significado, recordó a todos que su legado permanece vivo en los corazones de quienes seguimos sus huellas y que la alegría, la fe y el amor por los jóvenes continúan siendo el centro de nuestra misión.
De esta manera, una vez más, nuestra Casa Salesiana de Ayacucho celebró a Don Bosco, manteniendo viva su presencia en los corazones de quienes día a día hacen vida su legado: ser buenos cristianos y honrados ciudadanos.

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