Es asombroso cómo pasa el tiempo. Hace pocas semanas estábamos en reuniones. Ahora les escribo desde la casa madre de los Salesianos de Don Bosco: Valdocco.
Camino por algunas calles de Turín y llego a la famosa iglesia de San Francisco. Recuerdo el encuentro entre Don Bosco y Bartolomé Garelli, ocurrido el 8 de diciembre de 1841. Le preguntó si sabía leer, escribir o cantar, y lo invitó a rezar un Ave María. Este gesto marcó el comienzo del Oratorio.

Visito la Basílica de María Auxiliadora y recuerdo el sueño de Don Bosco, que culmina con la visión majestuosa y una inscripción que decía: “Ésta es mi casa. De aquí saldrá mi gloria”. Hoy es una hermosísima basílica.
Entro en la capilla del inmenso complejo de Valdocco y me topo con la “Tettoia Pinardi”, lugar donde estableció su primer oratorio y que hoy es un espacio de oración perenne.
Este humilde cobertizo se convirtió en el primer espacio estable donde Don Bosco pudo reunir y educar a sus muchachos, sentando las bases de su magnífica obra educativa.
Hemos vivido este 29.º Capítulo General, hemos elegido al P. Fabio Attard como Rector Mayor de los Salesianos, y nos hemos lanzado a seguir estando anclados en Cristo para continuar peregrinando con los jóvenes.