Con la presencia del P. Juan Pablo Alcas, Inspector y los consejeros Inspectoriales, han iniciado un encuentro en la Comunidad Salesiana Misionera de Monte Salvado.
Luego de varias horas de viaje desde Lima a Cusco, luego a Calca y posteriormente a Monte Salvado, los salesianos han llegado a la zona Misionera de Monte Salvado. Una presencia misionera con más de 40 años que sirve a los jóvenes con mayores necesidades. La obra salesiana tiene un colegio con más de 200 alumnos, dos Casas don Bosco, tanto para varones como para mujeres.
Los salesianos atienden varias zonas misioneras donde deben caminar mucho para celebrar la santa misa, ofrecer un sacramento y anunciar a Jesucristo.
Una de las tareas importantes es la misión en la parroquia salesiana, donde se tienen varios grupos juveniles, la Asociación de Damas Salesianas y la presencia de muchas personas.
Monte Salvado: obra eminentemente misionera
Los nombres de los salesianos que han pasado por estos lugares suenan entre los laicos. Han quedado perennizados los nombres de muchos salesianos como el Padre Polentini, Padre Horacio Loi, Padre Elio Pérez, entre otros.
Son un promedio de 230 treinta alumnos y 130 jóvenes y chicas que viven en internados. Están en contacto con la naturaleza y los animales. Transforman los productos de la tierra aprendiendo los valores de la paciencia y la dedicación continua para ver los resultados de su trabajo.
La vida salesiana en Monte Salvado es una obra eminentemente misionera. Los salesianos que trabajan en esta comunidad siguen entregando su vida a los jóvenes de Yanatile, Quello, Echarate, Megantoni, Quillabamba y Lares.
Son muchachos y chicas con muchas necesidades, pero los hermanos que trabajan en esta zona del Perú profundo siguen confiando en la Providencia, siguen creyendo en el trabajo misionero en el Valle de los Incas, y siguen trabajando a pesar de las muchas dificultades, con la única finalidad de formar “buenos cristianos y honrados ciudadanos”.