El P. Fabio Attard, Rector Mayor, XI Sucesor de Don Bosco, fue recibido con aplausos y gestos de cercanía por los capitulares y delegados presentes en el Capítulo General 29, celebrado en el auditorio de la histórica Casa Madre de Valdocco en Turín.



Al concluir la ceremonia de la profesión de fe, el XI Sucesor de Don Bosco compartió con sus hermanos salesianos sus primeras palabras como Rector Mayor.
“Hoy, más allá de la figura de Fabio, o cualquier otro, como Rector Mayor, debemos de tener en cuenta la actitud y el deseo con que el llevamos adelante esta elección. La Congregación es más grande que su Rector Mayor”, sostuvo en su mensaje inicial.

Por otro lado, invitó a sus hermanos a permanecer juntos, unidos por un solo propósito. “Estemos juntos, lo digo como dijo Don Bosco: juntos como salesianos”. Además añadió: los salesianos están llamados a vivir el carisma y, ante todo, a descubrir esta pasión por Dios. “Si falta la pasión por Dios, falta la pasión por el hombre, porque en la historia estamos llamados a contemplar con humildad e inteligencia este gran misterio que me toca a mí y a ti. Dios se encarna para que mi vida, a través de encarnación, se convierta en una potencia o una dinámica de ese amor recibido, que luego debe ser compartido”
¡Seamos servidores!
Hay que contemplar el cambio de época para reflejar bien el servicio educativo. “Seamos servidores, animémonos a la caridad pastoral y la inteligencia pedagógica. Nosotros, que tenemos la suerte de conocer el mundo, sabemos que los jóvenes hoy viven en un pueblo. Las preguntas que yo escuchaba en Vietnam son las mismas preguntas que escuché en Brasil y Madrid. La sed está ahí y nosotros, esta sed, ¿logramos captarla?”


El cambio de época para nosotros no es un problema, sino una gran oportunidad. Nuestra pasión es el método de nuestra dedicación, nuestra fidelidad es la columna vertebral de nuestra profecía. Y, este espíritu, debemos llevarlo a los inspectores. Seamos un Don Bosco, hoy, para los jóvenes. Somos hermanos, capaces de escuchar, de soñar, capaces de entrar en ese espacio sagrado y la necesidad de las sandalias, podemos llevar adelante el proyecto del capítulo general con alegría y optimismo.