En el espíritu salesiano, la bondad no se queda en palabras: se vive, se contagia y transforma.
En cada rincón de nuestro colegio, oratorio, centros y parroquia encontramos pequeños gestos que hablan del corazón de Don Bosco, donde educar es también aprender a amar.
La cualidad inherente de hacer el bien se ve, en esas dos niñas que leen juntas el mismo libro de rezos. Una lo olvidó en casa y la otra, sin dudarlo, le permitió ver la lectura del día. Al hacerlo, no solo compartieron páginas, sino también amistad.
Asimismo, agradezco a nuestras amables estudiantes Ariana y Heidy, de 5to año, quienes participaron con mucha disposición frente a la cámara para el equipo de comunicación salesiano.
Sus videos, que hoy pueden verse en YouTube, son testimonio de una juventud que comunica con autenticidad.
La sólida formación salesiana resalta en su compañero Rodrigo, integrante de la promoción XXV que, tras un casting, fue elegido para ser maestro de ceremonias en la ordenación presbiteral de dos nuevos sacerdotes salesianos.
Con entusiasmo, dedicó tiempo a ensayar fuera del horario de clases, y un sábado entero al MJS, y a presentarse con responsabilidad en el evento. Ese compromiso habla de su entrega y servicio.
También destaco a Valeria, alumna de 2do grado de secundaria que protagonizó un cortometraje lleno de emoción y profundo mensaje. Su dedicación y sensibilidad dejaron huella en quienes lo vieron.
Como Coordinadora de Comunicación, he tenido la oportunidad de participar en proyectos, con la colaboración de estudiantes, padres o profesores, que con espontaneidad ofrecen su calidad humana en cada experiencia.
Este esfuerzo silencioso y constante, va vislumbrando iniciativas como el podcast “Salesian Talks”, espacio de diálogo y reflexión donde estudiantes comparten experiencias, valores y testimonios que fortalecen nuestra identidad salesiana. Estas grabaciones, que pronto serán publicadas, son una nueva forma de comunicar con esperanza el mensaje de Don Bosco.
Cada uno de esos gestos, unidos por el mismo espíritu, son chispas de Bondad que se multiplican. Porque cuando alguien comparte sin esperar algo a cambio, y muestra su sonrisa, hace visible el Evangelio y fortalece nuestra comunidad.
Que estos ejemplos sencillos nos recuerden que la bondad es el lenguaje más eficaz del corazón. Practiquémosla cada día, con alegría y generosidad, para que nuestras obras sigan siendo buenas noticias que se propagan.
Descubre más desde BOLETÍN SALESIANO
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
