La Catedral de Lima se llenó de gratitud y oración, hoy domingo 1 de junio, durante la Misa de Acción de Gracias por la vida del padre Luis Bolla, sacerdote salesiano que dedicó su vida al servicio de las comunidades amazónicas en Perú y Ecuador.
La celebración fue presidida por el Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Mons. Carlos Castillo, quien recordó con admiración la figura del P. Bolla como un verdadero misionero del Evangelio. Concelebraron los Salesianos de Don Bosco provenientes de diversas comunidades del Perú y de Ecuador.
La Misa fue un momento de profundo agradecimiento por el recuerdo del P. Luis Bolla, un hombre que entregó su vida para anunciar a Jesús entre los pueblos amazónicos, caminando siempre a su lado como un verdadero hermano.
Durante su homilía, Mons. Castillo destacó la capacidad del P. Bolla para inculturarse en las comunidades amazónicas, afirmando que “evangelizar es llevar a Jesús, y Jesús no nos amenaza: nos ama”. Resaltó que el padre Bolla supo “susurrar el Evangelio” a los pueblos Achuar y Shuar, respetando sus tiempos, sus costumbres y su modo de vida.
Supo adaptar la misa a sus costumbres, comprendió su cultura y los acompañó en su camino de fe. Fue parte de la comunidad, compartió sus problemas, participó en sus reuniones, acompañó sus vidas. Así comenzó a evangelizar, como un hermano más”
Mons. Castillo también invitó a los fieles a ser “cristianos con criterio”, recordando que en la Biblia está la revelación de Dios y que la fe debe ser vivida con discernimiento, respeto y humanidad. “No podemos evangelizar si no somos humanos”, afirmó, haciendo eco del ejemplo de vida del padre Bolla y del testimonio del Papa León XIV, quien ha insistido en que la evangelización debe ser cercana y respetuosa de las culturas.
El P. Juan Pablo Alcas, Inspector, agradeció a todos los presentes por el apoyo en el proceso de canonización del P. Luis. Destacó, por otro lado, el compromiso de los salesianos con la Iglesia. «Un deseo del Papa es una orden para la Iglesia», expresó.
