La otra mirada de Yánkuam’

Cuando los achuar eran “un pueblo de los más nobles”
Por P. Jesús Jurado

En un mundo lleno de ruido y distracciones, es necesario detenernos y contemplar figuras luminosas de aquellos que han dedicado su vida al servicio de los demás. El Siervo de Dios P. Luis Bolla fue uno de ellos, un hombre de gran calidad humana y compromiso cristiano que dedicó su vida a los achuar, “un pueblo de los más nobles”.

La nobleza de un pueblo joven

¿Qué pretendía afirmar Yánkuam’ cuando decía que era uno de los pueblos más nobles? Si bien nunca lo definió, en todos sus escritos habla de tres adjetivos: una cultura distinguida, honorable y generosa. Hablando en una de sus crónicas y refiriéndose a unos jóvenes escribía: “eran jóvenes magníficos, sinceros, generosos, trabajadores al máximo”.

La vida de un misionero en la selva puede ser extremadamente difícil, pero para el P. Luis Bolla, esta era su llamada. A pesar de sus propias debilidades y flaquezas, él confiaba en la fuerza del Señor Jesús para llevar a cabo su labor. Sin embargo, la tarea de un misionero no es fácil, y los achuar eran un pueblo complejo.

Aprendió a valorar y enseñarles sobre Dios

El P. Luis Bolla era único, y su integración total en la vida de los achuar a menudo era vista con escepticismo por la comunidad mestiza. Sin embargo, su dedicación y disponibilidad para con su gente lo mantuvo fuerte durante 60 años.

Él no solo se dedicó a enseñarles la Palabra de Dios, sino que también se preocupó por comprender y apreciar los valores y la cultura de los pueblos indígenas. Para él, los valores de los pueblos indígenas eran un patrimonio de la humanidad que merecía ser reconocido y respetado.

El P. Luis Bolla no solo aprendió su lengua, sino que lo transmitió. Esta era otra mirada, porque lo que predominaba en su corazón es que ellos eran sus hermanos: “Respiré feliz de haber defendido a mis hermanos achuar”, repite muchas veces en sus escritos.

La obra del P. Luis Bolla entre los achuar es un legado que perdura hasta nuestros días. Su ejemplo de dedicación, amor y respeto por los pueblos indígenas es un llamado a mirar más allá de las diferencias culturales y encontrar lo que nos une como seres humanos. Él fue un verdadero testigo del Evangelio y un misionero excepcional que dedicó su vida a servir a los demás.

En 1944 el niño Luis tenía 12 años. Entraba a la capilla y recuerda: “Sentí otra vez la misma voz que me decía con claridad: ‘Serás misionero’”. Después de haber escuchado esa voz buscaba en los mapas dónde vivían aquellos indígenas de la selva. “Eso, tal vez, –subraya– me permitió mirar con ojos positivos a las poblaciones aborígenes”.

¿Sabías que el Siervo de Dios…?

  1. A los 12 escuchó la voz de Dios.
  2. A los 21 años partió como misionero.
  3. Los achuar lo bautizan con Yánkuam’, que significa ‘estrella del crepúsculo’.
  4. El primer obispo del Perú que lo recibió fue Mons. Miguel Irizar.
  5. Durante 17 años vivió completamente solo en la selva.
  6. En 1996 Juan Juárez se hizo misionero laico y acompañó al P. Bolla.
  7. El Sr. Christian Castillejo y el P. Vicente Santilli fueron los primeros en visitarlo.
  8. En 2001 el P. Santo Dal Ben, Inspector, creó una nueva comunidad.
  9. En 1991 impulsó la fundación del colegio de Uwijint.
  10. En 2007 fundó el colegio de secundaria en Kuyuntsa.

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