Nuestro querido Don Bosco quiso a su Congregación, desde sus orígenes, apasionada por las misiones. Él mismo había querido ser misionero, pero por diversos motivos, no pudo concretar este deseo. Y, sin embargo, eso no apagó su pasión misionera, sino todo lo contrario: ya en vida, pudo ver cómo en 1875, desde el puerto de Génova, partían a tierras americanas 10 salesianos, comandados por Juan Cagliero.
Las Misiones son un terreno especialmente importante en el carisma salesiano y, nosotros como peruanos, debemos sentirnos realmente bendecidos de contar con tres presencias misioneras en nuestro país: La Misión de San Lorenzo, en tierras loretanas; la Misión de Quebrada Honda, en el valle cusqueño del Yanatile; y la Comunidad de Pucallpa, en el Vicariato apostólico del mismo nombre, y confiado a nosotros.
Y con la finalidad de que nuestro servicio en las presencias misioneras siga mejorando, este año se ha convocado a la I Asamblea de Animación y Presencias Misioneras en el Perú (abreviada como “Asamblea Misionera”), que tiene por objetivo unificar criterios de animación en las obras, y específicamente en las presencias misioneras de nuestra Inspectoría. En el esfuerzo de hacer un ejercicio de escucha profundo, participan de esta asamblea tanto el Inspector, P. Juan Pablo Alcas, como su consejo. Además, el Delegado Inspectorial de la Animación Misionera, junto con hermanos que representan a las tres presencias misioneras de nuestra inspectoría, más los hermanos que pertenecen a la Comunidad Interinspectorial de Wasakentsa, y que atienden a los Achuar de la zona peruana.
Así, sigamos rezando por nuestras misiones en el Perú, para que el Señor siga llegando al corazón de sus hijos del mejor modo posible, y para que nuestros hermanos misioneros salesianos sean realmente signos de la presencia de su amor.
Escrito por: P. Ángel Recuenco, Delegado Inspectorial de Animación Misionera