Bajo el manto de María Auxiliadora, la Comunidad Salesiana de Bosconia celebró el corazón que late en cada aula, en cada sonrisa, en cada sueño moldeado con amor: el Día del Maestro Salesiano.
Ellos, herederos del espíritu de Don Bosco, no solo enseñan, sino que acompañan, inspiran y aman, transformando lecciones en semillas de virtud y conocimiento.



Don Bosco, padre y maestro, nos recordó que «educar es cosa del corazón», y hoy esa llama sigue viva. En cada palabra de aliento, en cada gesto de paciencia, los educadores salesianos encarnan su filosofía: razón, religión y amor, pilares que guían a la juventud hacia la luz de Dios.
Que en este día, el cielo bendiga sus manos laboriosas y sus almas entregadas. Porque un maestro salesiano no solo forma mentes, sino que forja eternidades.



¡Feliz día a quienes hacen de la educación un acto de fe y esperanza!
Informó: Fernando Peña, comunicador de la Obra Salesiana de Bosconia.
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