Esta festividad, que nos recuerda el amor tierno y cercano de Dios hecho niño, se vivió con una intensidad particular en el Colegio Salesiano Don Bosco de Arequipa. Ver a los más pequeños elevar sus oraciones, cantos y gestos de devoción fue un signo conmovedor de esperanza y pureza.
La figura del Divino Niño Jesús, símbolo de inocencia, humildad y confianza absoluta en el Padre, inspiró una mañana de encuentro espiritual, marcada por la alegría salesiana y el carisma que Don Bosco sembró en cada corazón.





Durante la homilía, el P. Pablo Llerena invitó a todos los presentes a dejarse guiar por el espíritu del Niño Jesús: un Dios que sonríe, que juega, que abraza, que entiende el lenguaje de los niños y que entra en nuestras vidas con ternura transformadora. “Dejen que los niños vengan a mí” resonó más vivo que nunca en el patio del colegio, recordándonos que el Reino de Dios pertenece a los que tienen un corazón sencillo y limpio.
El Colegio Salesiano Don Bosco agradece profundamente la participación de cada institución invitada, de cada niño y niña que, con su sola presencia, hizo de esta celebración una verdadera fiesta del alma.





En cada mirada, en cada aplauso, en cada signo, vimos reflejado el rostro del Divino Niño que sigue caminando con nosotros y haciendo nuevas todas las cosas.
Que esta experiencia permanezca como semilla en cada uno de nosotros, y que el a mor del Divino Niño nos siga impulsando a construir comunidades donde reine la fe, la alegría y la esperanza.
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