Por: Mirella Azañero Castillo, Movimiento Juvenil Salesiano Chosica
Dentro de mi vida siempre he querido que los jóvenes se sientan amados por Jesús, así como yo me siento amada por él.
Sueño con brindar a los jóvenes y niños lo mejor de mí. Que mis experiencias sean un medio para que ellos puedan descubrir el valor que tienen en este mundo y que solos no están. Pues, tienen un lugar donde acudir para sentirse alegres y amados por Jesús, el Oratorio. Ahí pueden ser libres, mostrar y descubrir sus talentos escondidos y darlo a conocer a los demás. Los sueños se pueden alcanzar.
Gracias a Don Bosco aprendí a ayudar y demostrar mis capacidades, y servir con bondad. Sueño que jóvenes como yo puedan imitarlo y encontrar en él a un Padre y amigo en cada servicio que realicen. Y que siempre caminemos de la mano de María, nuestra maestra y auxiliadora, que nos acompaña en todo momento.
Así que, amigos no dejen de soñar, seamos otros Don Bosco, imítenlo y siéntanse amados por Jesús. Demostremos nuestros talentos, no lo escondamos. Como nos decía nuestro padre, “¡Siempre alegres!”, con bondad en cada acto para construir un mundo mejor y lleno de paz.