Sus cabellos blancos brillan al sol mientras camina con paso acompasado por los pasillos del Colegio Salesiano Santa Rosa. Es el cambio de hora, el timbre suena, y él se dirige al salón de quinto de secundaria. Procede con su ceremoniosa rutina de revisión: pañuelo, camisa limpia, uñas recortadas y zapatos lustrados, uno a uno, mientras los estudiantes se acomodan en la fila.
— Mr. Berrios —menciona uno de ellos.
El joven se adelanta, y él lo inspecciona con una mirada firme pero cordial. Anota en su registro y continúa con el siguiente. Exalumnos suelen decir que él representa la docencia y la decencia, un caballero en toda la extensión de la palabra. Y no se equivocan.
El maestro Alejandro Pariona, o como cariñosamente le llaman, «Teacher Pariona», encarna al educador salesiano que vive con autenticidad los valores y el espíritu de Don Bosco.

Una mañana fría de junio, mientras compartía un café en el cafetín del colegio, alguien le preguntó cuántos años llevaba trabajando en la institución. Con una sonrisa pausada y moviendo suavemente su taza, respondió:
“Trabajo desde 1980. Al inicio empecé como profesor de dos horas. Al año siguiente, se mantuvo igual. Fue en el tercer año que el Padre Director me llamó y me dijo: ‘Alejandro, necesitamos que trabajes con nosotros de manera más constante. Te daremos cinco horas y estarás en planilla»
Al terminar esa conversación, me hice una promesa: ‘Haré todo lo posible por hacer bien las cosas.’ Y mírame, esta mañana estoy compartiendo este café contigo, después de casi 45 años en mi colegio.”

Hasta ese momento, no comprendía del todo la dimensión de su presencia ni el impacto que había tenido en generaciones enteras. En el almuerzo de confraternidad por el Día del Padre, el Teacher Pariona comentó con emoción que se acercaba su jubilación y que deseaba disfrutar cada instante al máximo. Mencionó también que le tomaran muchas fotos para el recuerdo.
Los testimonios no se hicieron esperar. Varios profesores jóvenes, que alguna vez fueron sus alumnos, lo recuerdan con cariño. Para ellos, es una bendición que hoy sean colegas de quien los marcó con su ejemplo y elegancia. Las imágenes en el repositorio de la biblioteca del colegio confirman su huella: en el laboratorio de cómputo, en retiros docentes, en las fotos institucionales junto al personal, en homenajes, y en su incansable apoyo cada mes de mayo, preparando a las promociones de los tres colegios salesianos para la procesión de María Auxiliadora.



El Teacher Pariona no solo enseña inglés. Enseña a vivir con respeto, entrega y gratitud. Su legado permanece imborrable en cada rincón del colegio, y en el corazón de todos los que tuvieron la dicha de aprender de él.


Por: Noelia León Ricaldi, comunicadora del Colegio Salesiana «Santa Rosa» de Huancayo.
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