Mirarte y Mirar. Editorial Edición Mayo Junio 2023

“La ceguera también es esto,
vivir en un mundo donde se ha acabado la esperanza”
José Saramago, Ensayo sobre la ceguera

Los ojos son las ventanas del alma. Mirar fijamente a los ojos de alguien es entrar en su alma, y dejarse mirar por alguien es una invitación a pasar a ella. En los momentos de angustia buscamos la mirada de quien nos abrigue con su consuelo, y en los momentos de alegría, buscamos a aquellos que puedan leer nuestra felicidad como cómplices. En estos momentos difíciles, buscamos tu rostro y en él, tus ojos: ¡Regálanos tu mirada!

Su mirada es como la del Padre que la vio pequeña y humilde y la hizo Madre de Dios, y como la del Hijo en la cruz que la hizo madre nuestra y con esa mirada hoy nos mira. Mirada de unos ojos enrojecidos de Don Bosco, llorando y pidiéndole, al perder la suya, que ahora ella, la madre nuestra, sea nuestro auxilio.

Necesitamos de su mirada tierna, de madre, esa que nos destapa el alma y está llena de compasión y cuidado.

Cada año volvemos y levantamos nuestros ojos hacia ella, buscándola. Venimos a agradecer que su mirada esté siempre presente en nuestras historias. Esas historias con problemas y alegrías. Y luego de este largo camino, cansados, nos encontramos con su mirada que nos consuela.

La mirada de María nos enseña a mirar hacia aquellos que con frecuencia pasamos por alto, pero que más necesitan nuestra atención y ayuda: los más desamparados, los que están solos, los enfermos, los que no tienen con qué vivir, los muchachos de la calle, los que no conocen la ternura, los jóvenes que están en el mal.

Mirar a esos ojos que al buscar los nuestros buscan alguna respuesta, consuelo y empatía, me buscan. Abrir los ojos es despertar el alma y movernos hacia la aproximación, la solidaridad, la compasión y la acción. ¡Regálanos tu mirada, madre!

Pablo Medina, sdb
Director del Boletín Salesiano

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