“Después de ver la cantidad impresionante de las anotaciones de Yánkuam’, nacen espontáneas dos preguntas: ¿por qué las escribió? Y ¿para quién llenó tantos cuadernos? Cuando, después de una dura jornada de trabajo, se sentaba y tomaba la pluma, ¿pensaba que un día alguien leería sus páginas?”. (P. Juan Bottasso)
Los escritos del P. Bolla o están impresos en una máquina de escribir que, de seguro, se la llevó a la selva o los hizo a mano. Su caligrafía era legible y no fue difícil de transcribir. Pareciera que su letra hablase de su tranquilidad y de sus ganas de dejar a la historia cada pasaje que había vivido, cada lugar donde había pasado, cada persona con quien había tenido algún diálogo a algún encuentro. Parecía que disfrutaba escribiendo cada día.
Las cajas con escritos a máquina y a mano
Una pregunta ingenua, pero cierta. ¿Sus escritos son los únicos testigos de su labor misionera? Yánkuam’ conocía la selva como si fuesen calles de la ciudad –afirmaba el P. Diego Clavijo, su fiel compañero en la zona del Perú–, sabía los nombres de las personas como si fuese una municipalidad, conocía a quienes le pertenecían las casas como si fuese Cofopri; sabía la fecha de nacimiento y la fecha de muerte de los achuar, escribía los nombres de los bautizados como si fuese una parroquia bien constituida.
El año 2022 llegaron a la casa Inspectorial unas cinco cajas. Nada de lo que he visto en aquellas cajas eran sin una razón de ser. Todas las cosas eran verdaderamente útiles. Desde la foto de sus parientes hasta las hojas escritas a mano del número de habitantes de cada zona tenían un sentido para él. ¿Ha dejado un legado que hace falta hacer conocer y reflexionar?
Las cajas repletas de historias
Estas cajas contenían los últimos objetos que pertenecían al P. Bolla. Lo he podido ver. Desde cosas pequeñas como una tela o una brújula hasta textos escritos. Sí, hojas escritas a mano y a máquina de escribir.
“Vale la pena publicar una obra casi perfecta, antes de no publicarla esperando limarla hasta el último errorcito”, había presentado su editor en su primer diccionario achuar. He aquí la respuesta a la pregunta inicial: ¿por qué escribió tanto? “Espero que este trabajo, no definitivo, les ayude a todos y nos permita a los misioneros presentar mejor el mensaje de Jesús en la lengua nativa, para que el Señor, ya presente desde el comienzo en el pueblo achuar, pueda encarnarse”. Este es el secreto que Yánkuam’ guardaba entre sus cajas: escribía para hacer conocer a Jesús.
Sabías que:
- Fueron cinco cajas de cartón que llegaron a Lima
- Se han encontrado los lentes de sol que alguna vez usó
- Encontramos la brújula usada en sus primeros años
- Había unas botas de jebe, con trozos de tierra del Datem del Marañón
- Firmaba sus cartas con el nombre de Yánkuam’
- Guardaba todos los documentos que usó