La devoción de Don Bosco por el Sagrado Corazón de Jesús es célebre: la Basílica del Sagrado Corazón en Roma, construida por él con grandes esfuerzos en los últimos años de su vida, es el símbolo más evidente; pero la expresó de múltiples formas.
Por ejemplo, en las publicaciones del Boletín Salesiano de 1886, se volcó con una serie de once artículos (de febrero a diciembre), para celebrar al Sagrado Corazón de Jesús, destacando el rol central de esta espiritualidad específica en su obra educativa.
Con vistas a la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, prevista este año para el viernes 27 de junio, ANS desea recorrer nuevamente aquellos artículos elaborados por Don Bosco, para redescubrir las raíces de una espiritualidad tan importante para la Familia Salesiana, y así, animados por el Santo de los Jóvenes, saborear de nuevo su frescura, su valor y – a pesar de las diferencias en el lenguaje y la visión, debidas al paso del tiempo y a los cambios de sensibilidad – también su permanente actualidad.
En el primer artículo, el de febrero de 1886, Don Bosco propone a los fieles una invitación urgente a honrar dignamente al Sagrado Corazón de Jesús mediante una forma específica de práctica devocional, la de la “Guardia de Honor al Sagrado Corazón de Jesús”.
Esta práctica consiste en elegir una hora del día en la que, aun continuando con las ocupaciones normales, se una espiritualmente a Jesús presente en el Sagrario para consolarlo con amor, reparar las ofensas recibidas y adorarlo con fervor. Esa hora se convierte así en un tiempo sagrado, personal y continuo de adoración, según el espíritu transmitido por santa Margarita María Alacoque, quien recibió de Jesús la invitación a promover un culto reparador dirigido a su Corazón traspasado.
El artículo de Don Bosco destaca bien el gran desarrollo de la Guardia de Honor: el primer miembro fue el papa León XIII, quien personalmente se adhirió con fervor, y después de él más de trescientos entre cardenales, obispos, más de cien mil sacerdotes y numerosas comunidades religiosas, colegios e instituciones educativas.
Con su habitual espíritu práctico y emprendedor, y con el fin de obtener mayores beneficios de forma simultánea, Don Bosco sugiere en particular adoptar para la Hora de Guardia un pequeño manual editado por la tipografía salesiana de San Benigno Canavese, cuyos beneficios estaban todos destinados a sostener la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, en Roma. Y no solo eso: para favorecer una mayor difusión del texto, adaptándolo a los diversos destinatarios a los que quería dirigirse, el Santo de los Jóvenes también previó ediciones distintas del mismo manual: para comunidades, laicos y casas femeninas de educación.
Finalmente, merece ser señalado el contexto en el que se enmarca la exhortación de Don Bosco: el segundo centenario de la primera consagración pública al Sagrado Corazón. En 1886 se cumplían doscientos años desde que, en 1686 en Paray-le-Monial, lugar de las revelaciones a la beata Alacoque, se afirmaba por primera vez públicamente esta forma de devoción que él mismo deseaba ahora promover y propagar.
El texto completo del artículo escrito por Don Bosco para el Boletín Salesiano de 1886 está disponible en su versión original en italiano de la época.
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