Aunque no se trata de un hallazgo reciente, la noticia conserva toda su relevancia, pues nos invita a conocer la historia de una de las fotografías más singulares de nuestro Padre Don Bosco encontradas en tiempos modernos.
La sorprendente novedad llega desde la región de Brianza, en Italia: ha salido a la luz una fotografía inédita de Don Bosco, considerada una de las primeras que se le tomaron y que lo muestra con un aspecto diferente al que estamos acostumbrados a ver en la iconografía tradicional.
Hace algunos años, el investigador Giuseppe Soldà publicó el libro Don Bosco nella fotografia dell’800: 1861-1888, donde afirmaba haber recopilado todas las imágenes conocidas del santo turinés. Sin embargo, este nuevo hallazgo ha puesto en cuestión aquella afirmación, enriqueciendo aún más el patrimonio visual salesiano.
Una escena de grupo
La fotografía corresponde a una escena de grupo tomada en un “salón de pose”. Se reconocen los elementos característicos de este tipo de retratos del siglo XIX: una tarima con alfombra, una balaustrada, un florero de madera, columnas de apoyo y asientos para quienes posaban. En el centro de la composición, apoyado en un soporte, se distingue al sacerdote que ha despertado el interés de los expertos: Don Bosco.
Aunque a primera vista su rostro no parece coincidir exactamente con las imágenes más difundidas, la hipótesis de que se trate de él ha sido confirmada por estudios científicos rigurosos.
El Raggruppamento Investigazioni Scientifiche (RACIS) de los Carabinieri en Roma sometió la fotografía a un análisis detallado. Los expertos Gianfranco De Fulvio y Bruno Cardinetti concluyeron que existe una compatibilidad-identidad total entre este sacerdote y el Don Bosco que aparece en otras imágenes originales. El estudio abarcó aspectos como la forma del cuello, los hombros y otros rasgos morfológicos.
Un Don Bosco más humano
Este hallazgo, fruto casi del azar, enriquece la memoria iconográfica del fundador de los salesianos. Muestra a Don Bosco desde una perspectiva distinta: menos idealizado y más cercano, con la humanidad que lo caracterizó en su vida cotidiana.
Más allá del valor histórico, esta nueva imagen nos invita a redescubrir a Don Bosco en su sencillez y humanidad. Su retrato nos recuerda que la santidad no consiste en aparecer perfecto, sino en vivir con autenticidad y entrega diaria. Para los salesianos y amigos de Don Bosco, esta fotografía es una invitación concreta a mirar al santo con ojos nuevos y, sobre todo, a imitar su espíritu cercano, alegre y profundamente humano en el servicio a los jóvenes.
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