A mi hijo o hija no le falta nada… No tiene por qué preocuparse
Estas son afirmaciones que muchos padres hacen al pensar en la crianza y educación que brindan a sus hijos y hacen caso omiso a las banderas rojas que los adolescentes proyectan como la irritabilidad, apatía, temor, ansiedad y estrés.
¿Qué está pasando?, ¿Conocemos a nuestros hijos?, ¿sabemos identificar las alertas? ¿Somos capaces de reconocer la situación real de nuestros hijos y muchas interrogantes más?
Los adolescentes han desarrollado miedo y angustia a resultados futuros que tal vez ni siquiera sucedan. Es muy común la angustia por la que pasan porque le preocupa el ingreso a la universidad, la aceptación del grupo, problemas familiares, relaciones afectivas, entre otros.
Es de vital importancia tener un diálogo abierto con sus hijos y recordarles que es normal que sientan presión por lograr resultados positivos y hacer las cosas bien, sin embargo, el fracaso es parte de la vida.
Si un adolescente está preocupado de no cometer errores, la ansiedad le impide disfrutar de la vida y la frustración puede generar en él situaciones de bloqueos o limitantes que en lugar de superar las adversidades hagan que ellos huyan y eviten nuevos retos en su vida.
Se debe formar adolescentes fuertes, seguros, resilientes que sepan levantarse una y otra vez, porque de los errores se aprenden, es parte del proceso natural de crecimiento.

Escrito por: Yumei Flores Candia, Psicóloga.