El salesiano sacerdote LEOPOLDO FALCÓN GASTIABURÚ, parte al jardín salesiano a los 73 años, a los 47 de profesión religiosa y 38 de ordenación sacerdotal. Hijo de Enrique y Angélica, nace en el seno de una familia profundamente católica en Lima, el 16 de junio de 1951, es el último de cuatro hermanos, Delia, Irma, Rafael y Leopoldo.
Realizó sus estudios secundarios en la “Gran unidad escolar: Bartolomé Herrera” entre 1964 y 1968. Desde temprana edad, el P. Leopoldo mostró interés por la vida religiosa y la educación; por lo que, desde joven participó en los grupos juveniles de la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús en Magdalena del Mar, marcando el inicio de su camino vocacional.
Su formación religiosa estuvo marcada por etapas significativas: Realizó el Noviciado en Lima, Rímac, en 1976-1977. Realizó sus estudios filosóficos en Quito, Ecuador, entre los años 1978 y 1980. Durante el tirocinio, participó en experiencias formativas en Río Negro, Colombia y en el aspirantado de Magdalena del Mar en 1981 y 1982. Realizó su primera profesión religiosa el 31 de enero de 1977. Completó sus estudios teológicos en Roma, en la Universidad Pontificia Salesiana, entre 1982 y 1986. Los ministerios del lectorado, acolitado y diaconado marcaron su camino vocacional definitivo. El 26 de julio de 1986, fue ordenado sacerdote en Magdalena del Mar.
A lo largo de su vida religiosa, el P. Leopoldo ha brindado sus valiosos servicios en diversas comunidades y desempeñó roles importantes: Encargado de pre-novicios en Magdalena, consejero y Encargado pastoral en Cusco, especialmente en la Casa Don Bosco junto a los Cooperadores Salesianos. Fue Vicario de la comunidad, ecónomo, director académico y director en la casa de formación de Magdalena del Mar. Director en Cusco, consejero y vicario parroquial en la Parroquia María Auxiliadora y últimamente compartió su vida en la comunidad de San José.
El P. Leopoldo Oscar Falcón Gastiaburú ha dejado una huella profunda en la vida de quienes han cruzado su camino, guiándolos espiritualmente y compartiendo su amor por la fe y la educación. Su dedicación y servicio son un testimonio vivo de la misión salesiana en el Perú.
Gracias P. Leo por todo tu amor y tu vida donada en favor de los más pobres, gracias por tu cercanía y tu sabiduría, ¡Gracias por el sacramento de tu presencia! Hasta pronto querido hermano.
P. Juan Pablo Alcas Michilot, inspector.