Hay palabras que no se olvidan. Eso fue lo que se vivió en el reciente encuentro de la comunidad salesiana de Huancayo con el P. Hugo Orozco SDB, Consejero Regional para Interamérica: un mensaje que no vino cargado de discursos formales, sino de cercanía, alegría y memoria viva del carisma de Don Bosco.
En un ambiente fraterno, el Padre Hugo dirigió unas palabras que dejaron una profunda huella en estudiantes, docentes y miembros de la familia salesiana.
Recordó que su primera visita fue durante la pandemia, cuando el colegio estaba vacío, sin la risa de los estudiantes, sin vida. Esa comparación entre el silencio de entonces y la alegría de hoy nos recordó algo fundamental: la escuela sin jóvenes no solo está vacía físicamente, está vacía de sentido.
Sus palabras evocaron el difícil tiempo vivido, resaltando la alegría de reencontrar hoy un colegio lleno de vida, con niños y jóvenes sonrientes.
Con una sonrisa sincera, añadió: “Me siento muy bien viéndolos alegres, me siento muy contento viéndoles sonreír. Y como Don Bosco, siempre quiero verlos sonreír siempre, siempre, hasta viejitos. Y nunca dejen de estar contentos en sus corazones.”
El encuentro culminó con un mensaje inspirador que resume el espíritu salesiano en tres sencillos pero poderosos consejos de Don Bosco para ser felices:
- Nunca dejar de ser amigos de Dios: “Si no tienes a Dios en tu corazón o en las cosas que haces, no vamos a ser felices. Por eso debemos ser amigos de Dios.”
- Nunca dejar de aprender cosas nuevas: “En las cosas que realizamos, como en mi caso, sus danzas me enseñan bastante de cómo son ustedes.”
- Nunca dejar de jugar: “Porque con ello jamás dejamos de sonreír.”
Nos invitó a vivir tres pilares que deberían sostener toda experiencia educativa y humana: ser amigos de Dios, nunca dejar de aprender y nunca dejar de jugar
Con estas palabras, el P. Hugo Orozco animó a toda la comunidad salesiana a mantener vivo el legado de Don Bosco: ser personas alegres, agradecidas y comprometidas con el bien.
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