La comunidad achuar de Yankuntsa, en el distrito de Datem del Marañón, (cerca ala frontera con Perú y Ecuador) vivió una alegría inmensa al ver construida su primera capilla, un sueño que parecía lejano para un pueblo ubicado en lo profundo de la Amazonía peruana.
Una vez que llegaron los materiales después de varios meses de espera, inició a la construcción de la capilla, el viernes 5 de septiembre del 2025. Cada familia siguió con esperanza el avance de la obra, sabiendo que este espacio sería un lugar para reunirse, orar y escuchar la Palabra de Dios.
La distancia, el aislamiento y las dificultades propias del territorio no apagaron el deseo de tener una casa para Dios en medio de su comunidad.
El proyecto fue posible gracias a la solidaridad de muchas personas que creyeron en la importancia de fortalecer la fe en esta zona indígena de frontera, a 790 kilómetros de distancia de la ciudad de Yurimaguas.
Toda la ruta fue por río, avanzando lentamente entre crecientes, palizadas y arenales. Cuando finalmente todo llegó a Yankuntsa, la comunidad trabajó con dedicación para trasladar los materiales y por fin construir una capilla que respetara su identidad: columnas de cemento sólido, estructura de madera, techo de calamina, cercado y mobiliario elaborados con madera dura de la zona, y un ambiente que recuerda la calidez de una casa achuar.
La obra terminó el viernes 5 de diciembre del 2025.
La capilla, acondicionada con paneles solares que iluminaban las celebraciones de madrugada, contaba con bancos largos para la comunidad y bancos individuales destinados a los animadores. A un lado, se alzaba una sede achuar, y junto a ella, el tuntui, tambor ancestral del pueblo achuar, encargado de convocar y llamar a todos.
Este espacio no solo permite celebrar la Palabra los viernes, sábados y domingos, sino también realizar encuentros formativos, catequesis de niños y reuniones comunitarias protegidas de la lluvia. La capilla se convirtió en un hogar donde se respira fraternidad espiritual.
La bendición se celebró el sábado 20 de diciembre del 2025, con la presencia del P. Rogger Vladivia Hidalgo, en un ambiente de profunda gratitud. Desde la mañana, las familias compartieron con el sacerdote todo el esfuerzo que implicó la construcción.
Por la tarde, se reunieron fuera de la capilla que entre cantos en achuar se bendijo la Capilla achuar, escucharon el Evangelio de la Anunciación y recibieron la bendición del templo, del altar y de los objetos litúrgicos, acompañados por el gesto tradicional del soplo de tabaco en las entradas.
La celebración continuó con sacramento de la reconciliación hasta la noche, iluminados por los paneles solares recién instalados. Al día siguiente, a las 5 a.m., la comunidad vivió con emoción la primera Eucaristía en su nueva capilla.
Hoy, este logro beneficia directamente a 20 familias, unas 120 personas, y de manera indirecta a cinco comunidades río arriba. La capilla ha traído paz, identidad y unidad; ha fortalecido la presencia de los animadores cristianos y ha animado a otras comunidades a creer que también es posible para ellas.
En Yankuntsa, este gesto de solidaridad se ha convertido en un signo de esperanza: en medio de la selva, lejos de todo, Dios ha querido tener una casa donde su pueblo pueda reunirse, escuchar su Palabra y seguir creciendo en la fe.
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