Como parte de las visitas pastorales habituales a las comunidades, los padres Fidelius Adjanonhoun y Alberto Niquén, de la Comunidad Salesiana de San Lorenzo, realizaron una nueva salida de itinerancia acompañados por el Monseñor Jesús María Aristín, Obispo Vicario Apostólico de Yurimaguas.



Para iniciar la ruta, el equipo pastoral emprendió un viaje de aproximadamente cinco horas por río hasta llegar a Puerto Alegría, trayecto que refleja la gran extensión amazónica y los retos que afrontan quienes ejercen la misión evangelizadora en esta zona del país.
La comitiva llegó cerca del mediodía a Puerto Alegría, donde fueron recibidos con gran entusiasmo por la población, entre cantos, palmas y muestras de devoción.

El Obispo recorrió las principales calles en el “obispomóvil”, mientras los padres Fidelius y Alberto impartían bendiciones a la feligresía reunida a su paso.
La comunidad organizó posteriormente una cálida ceremonia de bienvenida en el colegio internado, que incluyó bailes tradicionales y platos típicos. A las 3 de la tarde, en el mismo lugar, se dio inicio al oratorio, un proyecto que ya cuenta con seis meses de formación y cuyo animador es Paúl, responsable de motivar la participación de niños y jóvenes de la zona.

Por la noche, se celebró el sacramento de la confirmación de ocho estudiantes del colegio.
La ceremonia fue presidida por el Monseñor Aristín y concelebrada por los padres Fidelius y Alberto, en un ambiente de profunda fe y compromiso juvenil.
Al día siguiente, a las 5 de la mañana, la comitiva partió hacia Puerto América, donde también se celebró la confirmación en la parroquia local, la cual estuvo colmada de estudiantes del colegio y familias enteras.



A pesar de las dificultades logísticas, como la distancia, el acceso limitado y la variabilidad del clima, la labor misionera continúa firme. Como señaló Karen, animadora de la parroquia Santa María Reina, el esfuerzo de los hermanos salesianos es titánico, pues llevan la Palabra de Dios incluso a las comunidades más alejadas, allí donde la presencia pastoral es un signo de esperanza.
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