lunes, 7 julio 2025
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¡Los 5 impetuosos vientos!

¡Una expedición de misioneros al fin del mundo, en aquel 1875!. El 11 de noviembre se celebró en el Santuario de María Auxiliadora la conmovedora ceremonia de despedida. A las 16:00, la iglesia estaba llena hasta desbordarse. Y, aquí un detalle curioso. Cuentan las Memorias:

«Daban las 16 cuando se desató en la casa un ruido impetuoso con un violento golpeteo de ventanas y puertas. Se había levantado un viento tan fuerte que parecía querer derribar el Oratorio. Quizá fue una casualidad; pero lo cierto es que un viento similar sopló en la hora en que se colocó la primera piedra de la iglesia de María Auxiliadora; un viento parecido se repitió en la consagración del Santuario y luego nuevamente el día de la llegada de don Bosco desde Varazze tras su enfermedad; un viento furioso se desencadenó del mismo modo diez años después, justo en el momento en que llegaba a don Bosco el decreto de los privilegios… Basta esto, nos parece, para dudar de que se tratara únicamente de causas ordinarias».

Al finalizar las vísperas, don Bosco subió al púlpito y trazó a sus primeros hijos que partían el programa de su futura misión: en un primer momento se ocuparían de sus compatriotas emigrados en Argentina.

«Les recomiendo con particular insistencia, la dolorosa situación de muchas familias italianas… Ustedes encontrarán un gran número de niños e incluso de adultos que viven en la más deplorable ignorancia del leer, escribir y de todo principio religioso.

Vayan, busquen a estos hermanos nuestros, a quienes la miseria y la desgracia han llevado a tierra extranjera…».

Luego emprenderían la evangelización de la Patagonia: «De este modo iniciamos una gran obra –dijo–, no porque tengamos pretensiones o creamos que vamos a convertir a todo el universo en pocos días, no; pero, ¿quién sabe si esta partida y este pequeño comienzo no será como una semilla de la que brote una gran planta?».

Después de 150 años, la magnífica planta está ante los ojos del mundo. Al finalizar, don Bosco dio a los que partían su abrazo paterno y un papelito con 20 recuerdos especiales. He aquí los 5 más significativos:

  • Busquen almas, no dinero, ni honores, ni dignidades.
  • Tengan especial cuidado de los enfermos, de los niños, de los ancianos y de los pobres.
  • Hagan que el mundo vea que son pobres en el vestir, en la comida, en la vivienda, y así serán ricos ante Dios y se ganarán el corazón de los hombres.
  • Ámense entre ustedes, aconséjense, corríjanse, pero no se tengan ni envidia ni rencor; más bien, el bien de uno sea el bien de todos; las penas y sufrimientos de uno sean considerados como penas y sufrimientos de todos, y que cada uno se esfuerce por alejarlos o al menos aliviarlos.
  • En las fatigas y en los sufrimientos no olviden que tenemos un gran premio preparado en el cielo. Amén.

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