En un escenario de júbilo y celebración, la Comunidad Salesiana del Rímac dio la bienvenida a nueve jóvenes vocacionales que han emprendido un valioso proceso de discernimiento. Estos nueve corazones ansían imitar a Don Bosco y seguir los pasos de Jesús para consagrar su vida al servicio de los jóvenes.
En dicho encuentro estuvo presente el P. Juan Pablo Alcas, Inspector, el P. Uriel Jáuregui, delegado de Pastoral Juvenil, el P. Julio Acurio, delegado Vocacional y la comunidad salesiana del Rímac.
El encuentro vocacional, un espacio de reflexión y oración, les brindó la oportunidad de explorar el sueño de Dios para sus vidas. En medio de la cotidianidad y los desafíos de la juventud actual, estos jóvenes han escuchado el llamado divino que los invita a ser portadores de esperanza y felicidad para los demás, de manera especial para los jóvenes pobres y abandonados.
Siguiendo la inspiración de San Juan Bosco, nuestro padre, estos jóvenes están dispuestos a poner su talento y dedicación al servicio de aquellos que más lo necesitan. El carisma salesiano, basado en el amor y la cercanía con los jóvenes, se ha convertido en su norte y motivación.
Cada uno de ellos es consciente de que el camino vocacional puede presentar desafíos, pero confían en Dios y en la Auxiliadora y en la comunidad salesiana que los acompañarán en este emocionante viaje de autodescubrimiento y entrega.
Estos muchachos, que han llegado de diversas partes del Perú, saben que ser felices consiste en hacer felices a los demás, especialmente a aquellos en situación de vulnerabilidad.
Así, con la mirada puesta en el horizonte y el corazón lleno de ilusiones, estos nueve jóvenes vocacionales inician una travesía llena de propósito y sentido. Con la guía de Don Bosco se preparan para vivir su vocación al servicio, llevando luz y esperanza a los jóvenes del mundo actual.