El 18 de diciembre se recuerda en todo el mundo salesiano como la fecha de nacimiento de la Congregación Salesiana.
Ese día, en 1859, en una modesta habitación en Valdocco, Don Bosco y un pequeño grupo de diecisiete jóvenes colaboradores eligieron libremente fundar la Pía Sociedad de San Francisco de Sales, dando forma jurídica y espiritual a un carisma ya vivo en la experiencia cotidiana del Oratorio.
Esa noche del domingo, después de un día de fiesta pasado entre cientos de chicos, Don Bosco reunió a los jóvenes que habían decidido compartir su vida y su misión.
Hacia las 21:00, el grupo se reunió en su habitación, oró junto, invocó al Espíritu Santo y decidió por unanimidad formar una Sociedad o Congregación para la gloria de Dios y la salvación de las almas, especialmente aquellas más en peligro de abandono.
Sus nombres, dieciocho en total, con una edad media de unos veinte años, fueron escritos en un simple cuaderno de veinticuatro hojas cosidas, aún hoy conservado en el Museo Casa Don Bosco.

La tradición salesiana considera este momento como el acto fundacional de la Congregación porque, por primera vez, la actividad educativa y pastoral de Don Bosco asumió la forma de una sociedad religiosa estable, capaz de extenderse más allá de la vida del Santo.
En una Italia marcada por las tensiones del Risorgimento y por fuertes corrientes anticlericales, Don Bosco comprendió que solo una congregación organizada podía garantizar la continuidad de los oratorios, de los talleres y de las escuelas que se multiplicaban a su alrededor.
El acta de esa reunión revela ya los rasgos esenciales de la identidad salesiana: el primado de la gloria de Dios y la salvación de los jóvenes pobres y en riesgo, la atmósfera fraterna y familiar encarnada por el ambiente mismo de la habitación de Don Bosco y la elección de San Francisco de Sales como patrón, signo del espíritu gentil y pastoral que caracterizaría a la nueva Sociedad.
Poco numeroso y pobre de medios, el grupo llevaba sin embargo en sí las semillas de un proyecto apostólico de horizontes universales. De ese humilde inicio, un puñado de jóvenes, una modesta habitación y pocas líneas escritas a mano, la Congregación creció rápidamente, difundiéndose en pocas décadas en cientos de casas en todo el mundo.
Hoy los salesianos están presentes en más de ciento treinta y siete países, dedicados a la educación, a la evangelización y a la promoción de los jóvenes, especialmente los más pobres y vulnerables.
Para la Familia Salesiana, el 18 de diciembre permanece como memoria y misión: memoria de un acto concreto de fundación radicado en la simplicidad y en la fe, y misión como llamada profética a continuar el sueño de Don Bosco con creatividad, coraje y esperanza en cada rincón del mundo.
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