La Familia Salesiana celebró los 50 años de vida sacerdotal del P. Wenceslao Echevarría. La Eucaristía, celebrada en el Templo Parroquial Expiatorio Sagrado Corazón de Jesús de Magdalena del Mar, reunió a salesianos, exalumnos, familiares y jóvenes.
Desde el inicio de la misa, el P. Juan Pablo Alcas, Inspector, dirigió palabras de reconocimiento al P. Echevarría: “Celebramos cincuenta años de sacerdocio, bodas de oro, una vida entregada a Dios al estilo de Don Bosco, en favor de los jóvenes, de la Iglesia y del Reino de Dios”, expresó.
Durante su homilía, el P. Juan Pablo destacó el carácter silencioso pero fecundo del ministerio del P. Echevarría.
“No ha sido un sacerdocio de grandes reflectores, sino de silencios fieles. No de cargos, sino de encargos que te ha dado el Inspector. Has sido sal que no se ve, pero que ha dado sabor a muchos jóvenes”.
P. Juan Pablo Alcas, Inspector
En otro momento, subrayó la coherencia de vida y el testimonio vocacional del P. “Eche” llamado así cariñosamente.
“Tu alegría, tu radicalidad y tu fidelidad nos enseñan. Hoy necesitamos modelos como tú, que nos digan con su vida: vale la pena ser sacerdote, vale la pena ser salesiano, vale la pena seguir a Jesús para siempre”.
Finalmente, el P. Juan Pablo cerró su intervención agradeciendo: “Querido padre Eche, gracias por no rendirte, gracias por ser sal y luz de esta tierra, por mostrar con tu vida que vale la pena seguir a Cristo en lo cotidiano y en lo extraordinario».
El P. Wenceslao, conmovido, también compartió su testimonio vocacional. Narró sus inicios en Huancavelica, su llegada a Lima y el ingreso al Colegio Don Bosco del Callao, donde “el Corazón de Jesús y la mamá” lo conquistaron para siempre. Recordó cómo, luego de una invitación sencilla, tomó la decisión de entrar al aspirantado: “Padre, mi mamá ya aceptó”, recordó con alegría. Y así el 20 de enero estaba ya estaba entrando con su “maletita” al aspirantado.
La ceremonia concluyó con aplausos y expresiones de cariño. El mismo P. Wenceslao afirmó: “Se lo agradezco al Señor todo. Cuando las cosas no salen bien, acudo a la mamá. Como un niño le dice a su madre: mamá, apúrate. Y ella se encarga de todo”.
“Cuando las cosas no salen bien, acudo a la mamá. Como un niño le dice a su madre: mamá, apúrate. Y ella se encarga de todo”
P. Wenceslao Echevarría
Que María Auxiliadora te siga bendiciendo y que el Señor te conceda muchos años más de fidelidad y entrega alegre.

Descubre más desde BOLETÍN SALESIANO
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
La celebración por los 50 años del Padre Wenceslao fue muy emotiva. Como alumno, me inspiró ver cómo ha vivido su vocación con tanta humildad y alegría. Sus palabras sobre confiar en la Virgen como un niño me hicieron pensar en lo simple y profundo que puede ser tener fe. Gracias, Padre “Eche”, por ser un ejemplo real de lo que significa seguir a Jesús.
«Qué bonito y merecido homenaje al P. Wenceslao. Su testimonio de vida sencilla, fiel y llena de amor por los jóvenes inspira muchísimo. En un mundo donde todo va tan rápido, conocer historias como la suya nos recuerda que la entrega silenciosa también transforma. ¡Gracias, Padre Eche, por tanto!»
La celebración por las Bodas de Oro del Padre Wenceslao Echevarría, a mi parecer, fue una ceremonia muy emotiva, pues luego de leer este artículo y ver las fotos, de mi evocaron muchas emociones entre las cuales resaltan el amor y cariño que uno llega a sentir por Dios y la Virgen María. Definitivamente que entregar la vida al servicio de los demás es un ejemplo de humildad, fortaleza y esperanza. Gracias por mucho padre Wenceslao, que Dios y la Virgen lo protejan siempre y siga transmitiendo la palabra de Dios con esa sonrisa cálida que lo caracteriza.
Me parece muy inspirador que el Padre Wenceslao haya dedicado cincuenta años de su vida al servicio de los jóvenes, siguiendo el ejemplo de Don Bosco. Eso nos motiva a valorar más a quienes entregan su tiempo y cariño para ayudarnos a crecer.
Me llamó la atención la humildad del P. Echevarría, porque no buscó fama ni reconocimientos, sino que sirvió de manera sencilla y silenciosa. Creo que es un buen ejemplo para los jóvenes, para aprender a trabajar con esfuerzo y sin buscar aplausos.
Me gustó escuchar que el Padre Wenceslao confiaba tanto en la Virgen y en Dios para superar sus dificultades. Esa confianza nos enseña a no rendirnos cuando aparecen problemas y a tener fe para seguir adelante.
Es emocionante ver cómo la Familia Salesiana se une para agradecer y reconocer el trabajo de sus sacerdotes. Me hace pensar que formar parte de una comunidad así nos ayuda a sentirnos acompañados y valorados.
Resulta muy motivador ver que el Padre Wenceslao dedicó medio siglo de su vida a servir a los jóvenes siguiendo el camino de Don Bosco. Esto nos impulsa a valorar más el esfuerzo de quienes se entregan para apoyarnos a crecer como personas.
Me impresionó la sencillez del P. Echevarría, ya que nunca buscó ser reconocido públicamente, sino que trabajó de forma discreta. Creo que su actitud nos enseña a los jóvenes a esforzarnos sin necesidad de buscar aplausos.
Me pareció bonito ver cómo el Padre Wenceslao siempre confió en la Virgen María y en Dios para enfrentar sus problemas. Su ejemplo nos anima a tener esperanza y a no darnos por vencidos cuando aparecen dificultades.
Es emocionante observar cómo toda la Familia Salesiana se reunió para agradecer el trabajo del padre sacerdote. Eso me hace reflexionar sobre la importancia de pertenecer a una comunidad que nos hace sentir respaldados y reconocidos.
El Padre Wenceslao Echevarría y sus Bodas de Oro, fue ceremonia muy emotiva y particular, pues no todos los días vivimos dichas celebraciones, y sin embargo nosotros somos afortunados de poder vivirla de cerca. Al leer este articulo y ver las fotos se nos demuestra la alegría y el amor del Padre Wenceslao hacia su misión del servicio de Dios, y pesar de ya tener una edad mayor sigue apostando por los jóvenes; y no hay duda alguna de que la Virgen María, Dios y San Juan Bosco, siguen guiándolo, siguen haciéndolo sonreir, siguen otorgándole el carisma y humildad tan característico de nosotros los salesianos y es un gran honor haber compartido esta fiesta con el, se que aun mucho que contar y que siempre nos apoyara con una sonrisa en su rostro algo tan característico en el. Muchas Gracias Padre «ECHE»
La verdad este artículo me pareció bien inspirador. Me impactó cómo el padre Wenceslao lleva 50 años siendo sacerdote y sigue con esa pasión por ayudar a los demás. En un mundo donde todo es tan rápido y mucha gente ya no cree en nada, que alguien mantenga su vocación durante tanto tiempo me hace pensar que sí vale la pena seguir un camino con sentido. Me gustó también que no lo celebraron solo por costumbre, sino porque su vida es un ejemplo real, y eso es lo que necesitamos ahora: modelos vivos que nos enseñen con hechos, no solo palabras. Creo que es un buen recordatorio para valorar a esas personas que dan todo por los demás sin buscar fama ni likes.
Este homenaje al P. Wenceslao Echevarría por sus 50 años de vida sacerdotal es un testimonio conmovedor de fidelidad, humildad y amor entregado a Dios, a los jóvenes y a la misión salesiana. No se trata de una figura pública que buscó protagonismo, sino de un sacerdote que vivió su vocación en lo cotidiano, con una entrega silenciosa pero profundamente fecunda, como lo expresó con acierto el P. Juan Pablo Alcas: “Has sido sal que no se ve, pero que ha dado sabor a muchos jóvenes”.
Este artículo es un hermoso homenaje a una vida entregada con fidelidad y alegría al servicio de Dios. La figura del P. Wenceslao inspira profundamente, recordándonos que aún hoy es posible vivir una vocación sacerdotal con pasión, entrega y cercanía. Un testimonio que enciende la esperanza y anima a las nuevas generaciones a no temerle a la vocación.
Las bodas de oro del P. Wenceslao Echevarría destaca el valor de una vida sacerdotal vivida con fidelidad, entrega y alegría. Su testimonio es un recordatorio de que hoy más que nunca necesitamos modelos como él, que con su vida muestren que sí vale la pena ser sacerdote. Su camino pastoral por lugares como Piura, Ayacucho y Chosica, y su actual labor en Colombia, reflejan una vocación coherente, cercana a los jóvenes y firme en la fe. En tiempos de duda y búsqueda, su historia inspira a confiar en que seguir a Cristo da sentido, paz y plenitud.
Me impactó este artículo porque muestra cómo la vocación sacerdotal puede sostenerse con fidelidad a lo largo de 50 años de entrega. El testimonio del padre Wenceslao en Piura confirma que todavía existen referentes capaces de dar testimonio de alegría, servicio y entrega total a Dios y a los demás. En un mundo que muchas veces carece de referentes claros, el Boletín Salesiano nos recuerda que los sacerdotes, con su vida, son signos concretos de esperanza y compromiso. Celebrar sus bodas de oro no es solo un acto simbólico, sino un llamado a toda la comunidad para valorar y agradecer la presencia de sacerdotes que acompañan y orientan, especialmente en contextos tan necesitados de guía como los nuestros.
Las Bodas de Oro del P. Wenceslao estuvo llena de emoción y cariño. Lo más bonito fue ver cómo tanta gente lo quiere por su forma tan sencilla de vivir su vocación, con alegría y entrega. Nada de reflectores ni protagonismo, solo un corazón grande que ha marcado a muchos jóvenes. Y esa frase suya, “mamá, apúrate”, fue como el broche de oro: tierna, cercana, llena de fe. Fue una misa que no se va a olvidar fácilmente.
El Padre «Eche» nos demuestra con su vida que la vocación sacerdotal es un camino de amor, entrega y fidelidad. En sus 50 años de sacerdocio, ha sido luz y guía para muchos, dejando huellas imborrables sobre todo en la comunidad de Piura. Su ejemplo anima a seguir creyendo que vale la pena dedicar la vida al servicio de Dios y del prójimo.
Ojala y generaciones futuras puedan tener un Padre tan alegre, carismático y a la vez totalmente entregado al servicio de Dios y de los jóvenes; personas como el Padre Wenceslao Echevarría no se ven todos los días, una persona que siempre lo notamos contento cumpliendo con el llamado que el Señor le ha confiado. Me siento muy contento de haber compartido un momento con él tras sus 50 años de ordenamiento sacerdotal, fue una ceremonia la cual me devolvió a mi niñez, y ese es el punto, quizás envejecer físicamente, pero nuestra alma mantenerla siempre joven. Gracias por esos momentos compartidos no solo conmigo, sino también con la gente la cual le tiene aprecio, que la virgen lo proteja y nunca deje de ser esa persona con una alegría única que lo caracteriza.
Leer este homenaje al Padre Wenceslao Echevarría me hizo reflexionar mucho en este tema. Me llamó mucho la atención cómo, a pesar de tantos años como sacerdote, sigue siendo una persona sencilla, humilde, alegre y trabajadora, siempre apoyando y ayudando a los demás. Me hizo pensar que no es necesario tener grandes títulos o reconocimientos para marcar la vida de los demás, sino simplemente ser fiel y entregarse con amor Dios. Gracias por todo Padre Wenceslao y nunca pierda esa gran alegría.